jueves, 3 de junio de 2010

Eruviel Avila Impune Corrupción Picando La Salsa

Por: David Esquivel


Ecatepec. Méx.- Dicho muy viejo y conocido es aquél del ladrón que para evadir a sus perseguidores grita: “el ladrón, el ladrón, allá va”; así, la gente pasa de largo del bandido, quien muy campante burla no sólo a la gente sino también a la justicia. En México ocurre algo similar entre el combate al narcotráfico y el pillaje político. Atolondrados por la cobertura noticiosa de la guerra contra el narco y los pleitos de lavadero de las familias mafiosas de la política; en apariencia los mexicanos no nos damos cuenta que los políticos nos bolsean muy a su gusto nuestros bienes y dineros depositados en una caja no tan fuerte que se llama erario y en diferentes bóvedas, la federal, estatal y municipal; cada uno de los administradores en su nivel y en su momento dispone libremente de los erarios, claro supervisado por miembros de sus mismas familias, que ponen sumo cuidado en checar que todo sea justificado, no debida y honestamente justificado, sólo simplemente justificado, ya sea con facturas apócrifas, costos inflados, fondos “revolventes”, gastos de representación personal o partidas secretas; lo importante es justificar el gasto con facturas u otros documentos; no hay chequeo de campo para ver si es cierto que la llanta costó lo que dice la factura que costó o si en verdad se compró nueva, como dice el documento, y no usada; y si por circunstancia alguno no justifica un gasto no hay problema, el supervisor, contralores, llámese Auditoria Superior de la Federación (ASF); Órgano Superior de Fiscalización (OSF), del Congreso local, o Contraloría del Estado, puede ser de cualquier Estado; o bien el simplemente llamado contralor municipal o estatal; todos dan chance al político del traspié que justifique lo que no cuadre, si no para que los pusieron ahí sus jefes, ni modo que fuera para mandarlos a la cárcel por ladrones; los contralores se encargan que todo cuadre en el papel y la tinta; en el derecho, hecho, la especie y lo físico ni quien se fije, ni siquiera el que llegará después, él también va por lo suyo; y así la cadenita de latrocinios cometidos por la mafia política, sin que ninguno de sus miembros vaya al bote por ladrón; aunque a ojos vistas detente ostentosidad, grandes y muchos bienes e inexplicable, honradamente hablado, riqueza; ¿a quién le importa? El ladrón, el ladrón, allá va el ladrón, grita el bandido a través de la televisión, la radio y la prensa escrita, que despliegan a todo lo que da las matanzas de narcotraficantes; mientras ellos, los políticos, matan de hambre, de hambre se muere lentamente, no como con un tiro de gracia, matan de hambre a millones de mexicanos atolondrados por hambre; apendejados por la televisión, la radio y la prensa escrita, descerebrados por la falta de contenido de lo que ven, escuchan y leen en los medios de comunicación; sonámbulos por la verborrea de los políticos y, por último prostituidos por la dádiva electoral.
Los políticos roban al erario cuando ostentan riqueza y bienes que no se justifican adquiridos mediante el salario devengado como servidores públicos; aún cuando sus sueldos sean elevados; pero nadie los investiga, pasan de largo y hasta vuelven por más, así como el actual alcalde de Ecatepec Eruviel Ávila Villegas y se Director de Policía José Luis Flores Gómez, cabezas de un grupo que se maneja con toda impunidad dentro de la administración municipal de dicho municipio, quienes antes y durante la campaña electoral, y hasta el momento han sido denunciados y es del dominio público su riqueza honradamente inexplicable, la cual me abstengo de señalar por no ser reiterativo de lo que ya muchos saben o por lo menos quienes deberían de llamarlos a cuentas.
No sólo en Ecatepec de Morelos, Estado de México, se da la corrupción; el fenómeno es nacional, como nacional es la guerra contra el narco; recuerde los negocios de Martha Sahagún y sus hijos; léase el libro: “LA Corrupción azul”; bien podrían escribirse otros libros que hablaran de la corrupción amarilla, verde, roja o del color que quiera; se llenarían páginas y páginas de señalamientos a políticos corruptos; luego entonces, que los políticos no nos quieran vender la idea que ellos son los buenos y los narcos los malos porque las dos mafias dañan el mexicano trabajador, honrado y pacifico. La diferencia entre ambos es que mientras unos hacen leyes a su modo, que si violan no se las aplican pues son juez y parte, los otros, los narcos, se la rifan y en este momento llega a mi mente un narcocorrido que dice: “Ya no le haga más al cuento mi amigo, usted roba con licencia y yo me la ando rifando”, eso dice el corrido, vaya usted a saber.
Así como hay policía especializada para perseguir narcos, debería haber una especializada para perseguir políticos ladrones, para que no nos griten el ladrón, el ladrón, allá va el ladrón, mientras nos bolsean a su sabor. Vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog

Etiquetas

Powered By Blogger

casas de cartón

Sentimientos de hoy y siempre

El Mundo Está Cambiando

Seguidores